Permítanme presentarles a un hombre llamado Lance Reventlow. Nació en una familia muy rica, ya que era el heredero de la fortuna Woolworth.
En lugar de ser el típico socialité que pasaba todo el tiempo de fiesta y siendo playboy (cosa que hacía), también estaba obsesionado con los coches y las carreras.
Tanto es así que decidió construir el suyo propio. Así, en 1958, le regaló al mundo el «Scarab»:
Construido en el taller de autos deportivos de Warren Olson en el oeste de Los Ángeles, Reventlow comenzó a crear un automóvil estadounidense para arrasar en las carreras de larga distancia europeas. Una versión sobredimensionada de 301 pulgadas cúbicas del V-8 283 de bloque pequeño de Chevrolet parecía adecuada combinada con una caja de cambios de cuatro velocidades de Corvette. Este tren motriz estaba montado en un motor ligero de 127 caballos de fuerza. El chasis de bastidor espacial fue envuelto con una piel de aluminio para la configuración que ves. El corredor resultante fue espectacular. Las primeras pruebas demostraron la eficacia de la suspensión trasera ajustable con cuñas cónicas de Dion, una innovación inteligente de Dick Troutman. La carrera del motor se incrementó rápidamente para ampliar el desplazamiento a 339 pulgadas cúbicas.
Por desgracia, entre la creación del concepto Scarab y la realidad, las reglas europeas de los autos deportivos se cambiaron para permitir motores solo de hasta 183 pulgadas cúbicas (3,0 litros). Se probó un motor Offy en el tercer Scarab (el auto en exhibición), pero con los desalentadores resultados que sufrió Briggs Cunningham cuando intentó lo mismo en su C6R Le M. El ingeniero de desarrollo del Scarab, Chuck Daigh, dijo sobre el Offy: “Era 100 libras más pesado que el Chevy y tenía 100 caballos de fuerza menos”. Así que el Chevy también se incorporó a este coche, y en 1958 los Scarab salieron a competir, pero solo en los EE. UU., con Daigh y Reventon en baja conducción. Ningún coche tuvo más éxito en la SCCA B-Modified durante este período.
En 1962, decidió dejar de desarrollar sus propios autos. Alquiló el garaje donde su equipo trabajaba en los Scarab en Venice, California, a otro piloto de carreras con visiones de construir su propio auto: Carroll Shelby.
Además, como un lindo beneficio adicional, el mecánico jefe de Reventlow vino con el garaje para que Shelby lo empleara. Un tipo del que quizás hayas oído hablar llamado “Phil Remington”.
Bueno Knyte, me enseñaste algo hoy.