Según Historic Detroit, este sitio se convirtió en la sede de la American Motor Corporation a través de un camino bastante tortuoso. Primero se construyó para la Kelvinator Corporation, famosa por construir algunos de los primeros refrigeradores disponibles comercialmente para uso doméstico. A partir de ahí, la cosa se pone un poco rara:
En 1925, Kelvinator Corporation produjo el primer refrigerador eléctrico doméstico autónomo de la industria, y su fortuna y sus necesidades de fabricación crecieron. Este edificio administrativo y fábrica se construyeron en 1927 y fueron diseñados por la firma de Detroit Smith, Hinchman & Grylls. Los arquitectos principales del proyecto fueron Amedeo Leoni y William E. Kapp.
La pieza central del complejo era una alta torre de oficinas con una fábrica de tres pisos y una planta de energía detrás. En total, el complejo comprendía 1,5 millones de pies cuadrados. Sobre la entrada principal de la torre estaba inscrita una cita de Lord Kelvin: “He pensado en una forma mejor”.
Tras la fusión en enero de 1937 entre Kelvinator y Nash Motors de Kenosha, Wisconsin, el edificio se convirtió en la sede de Nash-Kelvinator. Con las necesidades de producción fusionadas de la empresa fusionada, el sitio de Plymouth Road expandió la planta a 1,46 millones de pies cuadrados en 1940.
Durante el esfuerzo bélico de principios de la década de 1940, Nash-Kelvinator ensambló hélices de aviones y cientos de helicópteros en la planta.
Nash-Kelvinator se fusionó con Motores Hudson En 1954 se formó la American Motors Corporation, que continuó teniendo como sede la planta de Plymouth Road.
¡Y así es como se pasa de los refrigeradores a los automóviles! El sitio sirvió como sede durante décadas antes de que AMC se mudara a la cercana Southfield, Michigan, en 1975. Seguiría funcionando como oficinas de ingeniería para Jeeps hasta que Chrysler compró la marca y se mudó a unas instalaciones en Auburn Hills, Michigan. Incluso entonces, el edificio no estuvo totalmente vacío hasta 2009.
La propiedad pasaría a manos de compradores privados, quienes hurgarían y arrojarían basura en el lugar hasta que la ciudad tomó el control en 2018. Para 2021, el alcalde de Detroit prometió demoler el sitio, lo que se completó en 2023. Una nueva instalación en el sitio debería estar en funcionamiento.