Los crossovers cupé están muy de moda en este momento. El BMW X4 y el X6 y el Mercedes GLC y GLE salpican las carreteras estadounidenses como líneas de pintura, ineludibles en su omnipresencia, pero todos tienen dos problemas. Primero, reducen el espacio de carga en relación con sus hermanos cuadrados. Segundo, y lo más importante, parecen basura caliente. Pocos fabricantes logran crear el coupé-crossover perfecto. El Porsche Cayenne Coupé y el Ford Mustang Mach-E, con sus líneas de techo oscurecidas, en realidad reflejan los famosos dos puertas de sus marcas (el 911 y el Mustang) sin sacrificar el espacio para la cabeza en los asientos traseros. Pero solo uno combina practicidad y estilo sin un color específico: el Audi Q8.Divulgación completa: Audi me envió a Utah para conducir cuatro crossovers (y andar en una bicicleta de montaña) a la vez. El Q7, SQ7, Q8 y SQ8 han sido ligeramente actualizados y, entre los cambios más pequeños y los viajes más cortos, es probable que estas reseñas no sean las epopeyas de 1600 palabras que esperas de mi firma. Audi pagó mi transporte, alojamiento y comida.Audi te dirá que el Q8 está inspirado visualmente en el clásico Sport Quattro coupé con carrocería cuadrada, lo cual es creíble si entrecierras los ojos. No, es más difícil que eso. Un poco más. ¿Tienes los ojos completamente cerrados? Perfecto, ¿no se ven exactamente iguales los dos autos ahora?Dejando de lado las bromas, las similitudes entre ambos son pocas. El Q8 tiene protectores de guardabarros, claro, y podrías convencerme de que el pilar D es un homenaje intencional en lugar de una coincidencia aerodinámica, pero la herencia de estilo más allá de esos dos puntos parece comenzar y terminar en “viene en rojo”. Aunque el Q8 no sea un coupé de rally, es un vehículo atractivo por derecho propio. Muchos fabricantes intentan imitar las líneas de los coupés en los crossovers con curvas en la parte trasera, pero el enfoque angular de Audi funciona mejor. El Q8 nunca se confundirá con un 911, pero no tiene por qué serlo. Se ve bien para lo que es. De perfil, al menos. La parte trasera también se ve agradable, pero el frontal actualizado para 2024 cae aún más en la tendencia de “absolutamente no se permite pintura delante de los guardabarros delanteros” que ha tomado a tantos fabricantes de automóviles en los últimos años. Por favor, les ruego, mi vida, por un diseño frontal que no sea solo Toda la parrilla Todo el tiempo. Toda esa pretensión deportiva en el estilo del Q8 tiene como objetivo convencer al conductor de que está en algo más que un crossover de 5000 libras, pero la experiencia de conducción no hace mucho para diferenciar el auto de su hermano Q7 de tres filas. El crossover cupé puede sentirse como un tocar
más ágil, pero ni siquiera Audi afirma una diferencia con los 5,5 segundos del Q7 hasta alcanzar los 60 mph.El Q8 elimina el motor base de dos litros del auto más grande y comienza con el V6 de tres litros, pero aún viene con un aumento de costo sobre la opción V6 del Q7. Eso no hace que el Q8 sea un vehículo orientado al rendimiento, solo significa que carece de la opción de modelo base asequible de su hermano. Sin embargo, en los crossovers cupé, el rendimiento rara vez es lo más importante. Es poco probable que veas un Q8 en tu próximo día de pista, a menos que lo conduzca un comisario de curvas, pero es posible que veas uno pasar volando a tu lado en la carretera a velocidades inseguras. En ese propósito del mundo real, el Q8 se destaca. El ruido de los neumáticos a través de su vidrio sellado acústicamente es extrañamente alto, pero tal vez eso sea simplemente un recordatorio de que estás en el deportivo 1. Sin embargo, una vez que los asientos refrigerados entren en funcionamiento y los masajeadores eliminen lentamente los dolores de tu espalda mientras conduces a toda velocidad por la autopista local, te olvidarás por completo de todo eso. La decisión de comprar un Q8 es completamente estética. Considerar este auto es reconocer que todo en su segmento hará el trabajo, te llevará a ti y a los niños al trabajo, a la escuela, a Wegmans y de regreso, y ellos simplemente eligen con tus ojos. ¿Es esa la forma matemática y de fichas técnicas de comprar un auto? Absolutamente no. Pero si te gusta lo que ves, cuando estacionas tu auto y te das vuelta para echar un último vistazo en el camino a la oficina, ¿importa la ficha técnica?Mustang — without sacrificing rear seat headroom. But only one combines practicality and style without a color-specific cheat: The Audi Q8.
Full Disclosure: Audi shipped me out to Utah to drive four crossovers (and ride one mountain bike) all at once. The Q7, SQ7, Q8, and SQ8 have all been lightly updated, and between the smaller changes and shorter drives these reviews likely won’t be the 1,600-word epics you’ve come to expect from my byline. Audi paid for my transportation, lodging, and food.
Audi will tell you that the Q8 is visually inspired by the classic box-flared Sport Quattro coupe, which is believable if you squint. No, harder than that. A little bit more. Are your eyes completely closed? Perfect, don’t the two cars look exactly the same now?
Facetiousness aside, similarities between the two are few. The Q8 has fender flares, sure, and you could convince me that the D-pillar is an intentional homage rather than an aerodynamic coincidence, but styling heritage beyond those two points seems to begin and end at “comes in red.”
While the Q8 may not be a rally coupe, it’s a good-looking vehicle in its own right. So many manufacturers try to mimic coupe lines on crossovers with rear-end curves, but Audi’s angular approach works better. The Q8 will never be mistaken for a 911, but it doesn’t need to be. It looks good for what it is.
From a side profile, anyway. The rear looks pleasing too, but the updated front end for 2024 falls even deeper into the “absolutely no paint allowed ahead of the front fenders” trend that’s taken so many automakers in recent years. Please, I beg you, my life for a front end design that isn’t just All The Grille All The Time.
All that sporty pretension in the Q8's styling is meant to convince the driver they’re in something other than a 5,000-lb crossover, but the driving experience doesn’t do much to differentiate the car from its three-row Q7 sibling. The coupe-crossover may feel a touch nimbler, but even Audi doesn’t claim a difference from the Q7's 5.5 seconds to 60 mph.
The Q8 does drop the two-liter base engine from the bigger car, instead starting with the three-liter V6, but it still comes with a cost increase over the Q7's V6 option. That doesn’t make the Q8 a performance-oriented vehicle, it just means it lacks its sibling’s affordable base-model option.
In coupe-crossovers, however, performance is rarely the actual name of the game. You’re unlikely to see a Q8 at your next track day, unless it’s being driven by a corner marshal, but you may see one fly past you on the highway at unsafe speeds.
At that real-world purpose, the Q8 excels. It’s oddly high on tire noise through its acoustically-sealed glass, but perhaps that’s simply a reminder that you’re in the sporty one. Once the cooled seats kick in, though, and the massagers slowly work out the kinks in your back as you hurtle along your local interstate, you’ll forget all about that.
The decision to purchase a Q8 is entirely an aesthetic one. To consider this car is to recognize that everything in its segment will get the job done, take you and the kids to work and school and Wegmans and back, and them simply choose with your eyes. Is that the mathematically, spec-sheet savvy way to purchase a car? Absolutely not. But if you like what you see, when you park your car and turn back for one last glance on the way into the office, does the spec sheet matter?
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